viernes, 5 de noviembre de 2010

..:::Armoniosamente:::..

El sendero por el que caminaba no se alcanzaba a ver, todo a mí alrededor era oscuridad y el frío se adentraba tanto, pero tanto en mi cuerpo que llegaba hasta mis huesos. Mis sentidos estaban un poco turbados por el alcohol que había consumido y mi cerebro pensaba con lentitud; mis ojos no lograban acostumbrarse a tanta ausencia de luz y en medio de tanta confusión un búho me hizo saltar pues me asustó con ese sonido tan peculiar, tan escalofriante, tan intimidante; llegué a pensar que estaba viviendo una película de terror.

Escuché una melodía que mis oídos disfrutaron aun cuando mi cerebro no la reconocía, era como si estuvieran cantando la canción que deseé escuchar toda mi vida, una niebla bastante densa cubrió el asfalto, lo cual dificultó aun más mi caminar. De repente me sentí atraído hacia un árbol que estaba un poco lejos, no sé qué tenia el árbol, pero sentía la necesidad de palpar su corteza, de recostarme sobre su tronco, fue como si el árbol fuera aquel amigo que te sostiene en sus hombros mientras caminas cuando estás embriagado. Sus ramas se movían tan violentamente por el viento que el sonido casi inaudible del rozar de las hojas era demasiado fuerte, incluso se le podía tildar de perturbador.

Todo era tan borroso que decidí dejarme llevar por aquella hermosa melodía que al sentarme en las raíces de aquel árbol se escuchaba claramente en mi cabeza, como si me la estuvieran cantando al oído; sentí que esa melodía rozaba mis hombros y me acariciaba el cabello.

Entre los intervalos de aquella melodía llegó a mí el sopor y en un calderón perdí completamente la razón.

lunes, 25 de octubre de 2010

..:::Sinceridad:::..

¿Y qué si a veces siento ganas de morirme? ¿Acaso soy el único que lo ha sentido?

A veces me siento desfallecer y puede que no todo el tiempo esté sonriendo, pero eso no significa que no soy una persona normal, los estados de ánimo son como las estaciones… varían.

La vida no siempre nos trata como queremos y esto para nadie es secreto.

Las buenas rachas no son para siempre y la vida se encarga de hacernos sentir mal de vez en cuando para que agradezcamos por las cosas buenas de la vida; pensándolo bien, qué aburrida sería esta vida si la felicidad fuera lo de siempre, seguro ya nos habríamos cansado de tanto bienestar.

Pero así como no todo es bueno, tampoco todo es malo; la vida siempre nos da amigos que nos ayudan a sentirnos mejor y siempre pone a alguien cerca para que te haga sonreír.